Esta entrada nace con dos
propósitos, el primero de ellos es retomar la cuestión de la evolución tratando
la cuestión de la humanización y, el segundo de estos, introducir una cuestión
fundamental dentro de la organización de la filosofía antropológica que es la
Historia de la cultura. Así, presentaré esta rama del conocimiento comentando
aunque sea por encima sus planteamientos, objetivos y núcleos de estudio que es
la cuestión de la humanitas (concepto ampliamente tratado en este blog y del
que podemos decir de forma resumida que lo definimos por “naturaleza humana”. Es decir, una esencia
común o un “suelo firme” en el que apoyar la idea de lo que seamos. Así, esta cuestión
la hemos tratado de forma profunda en las entradas dedicadas a los franceses J.
P. Sartre y M. Foucault).
Pese a que las cuestiones que
estudia la Historia de la Cultura han sido tratadas por los más importantes
pensadores a lo largo del tiempo esta especialidad no toma cuerpo hasta bien
entrada la segunda mitad del pasado S.XX. Surge en este momento, por parte de
muchos filósofos la necesidad de analizar qué ha sido el ser humano en cada etapa
histórica y cómo se ha definido su humanitas
para así poder entender el momento que estamos viviendo y saber cómo responder
a preguntas como: ¿Hay una definición cerrada de lo que sea el ser humano?
¿Hemos sido “lo mismo” siempre? De ser así, sucesos históricos como las dos
guerras mundiales, el desarrollo nuclear, la carrera espacial, internet o el
mismo telégrafo ¿Debemos entender que han ocurrido al margen de nuestra vida y que
no han afectado a nuestra naturaleza? En definitiva, podemos plantear la
cuestión de una forma resumida y concisa que atañe directamente a la raíz de
las cuestiones planteadas: ¿Existe el concepto de humanismo?
Nace, por tanto, este nuevo saber
como un intento de pensar nuestra naturaleza partiendo de la base de la
imposibilidad de cosificación de esta. Es decir, sabiendo que esta, nuestra
naturaleza, nunca tendrá una definición cerrada y que, por tanto, la labor de
estudio de la Historia de la Cultura nunca concluirá ya que habrá que
reformular todo lo planteado a medida que vayan produciéndose nuevos
desarrollos y cambios culturales. Este planteamiento nos recuerda a la idea de arqueología
de Foucault y al concepto de “saber radical” de Ortega y Gasset (ambas cuestiones
tratadas en este blog). Veremos cómo se han dado a lo largo del tiempo
distintas determinaciones sobre lo que esta sea. Por tanto, se plantea la
necesidad de revalidar el significado del concepto “humanismo” y afirmar
existencia de un modelo determinado en cada época. Esta es precisamente la
misión de la Historia
de la Cultura. Para
lograr tal objetivo deberá acercarse tanto a la Historia Universal
como a la Historia Social,
modificarlas e influirlas para ampliar su campo de acción y lograr que
colaboren en la búsqueda de lo que sea, en cada momento histórico, la esencia
del hombre, su humanitas.
Este saber, en su incursión e
indagaciones, va a dividir el devenir histórico de occidente en varias etapas
para explicar la cuestión del humanismo mostrándonos lo que se haya dicho en
cada una de estas y en los principios y fundamentos filosóficos en los que se
ha basado. Siendo estos, principalmente, la razón y la educación. Entiende que
hay una clara relación entre conocimiento y humanitas.
La Historia
de la Cultura
comienza su análisis en torno al 10.000 a.C. cuando entiende que en la
mentalidad humana se han producido definitivamente los cambios necesarios para
que aparezca la conciencia, el saber y la necesidad de buscar nuestra esencia.
Es en esta época en la que se da lo que denomina Gordon Childe “la revolucióndel neolítico” y que supone el paso del estilo de vida propio del paleolítico
al del neolítico. Los principales cambios que dan lugar a esta revolución son
tres; Primero, los asentamientos urbanos,
el paso de una forma de vida nómada, o semi-nómada, a una sedentaria,sobre todo
en las regiones del valle del Nilo. Segundo, la economía de producción, a partir del desarrollo de la
agricultura y la ganadería, más allá del almacenamiento de animales para su
posterior consumo. Se descubre el valor de la leche, los huevos y el pelaje de
las bestias. Tercero, y último, la
escritura, el paso de la efímera comunicación oral al establecimiento de un
código que perdura en el tiempo y que es igual para todos. Estos elementos van
a dar lugar a un cambio en la concepción del estilo de vida humano acercándolo
al campo de lo social. Así dirá
Childe, en torno a la idea de comunidad y cooperación y su importancia para el
desarrollo del grupo:
“Las
tradiciones artesanas no son individuales, sino colectivas. Constantemente
están contribuyendo a ellas la experiencia y el saber de todos los miembros de
la comunidad […] La ocupación es pública; las reglas que se aplican son el
resultado de la experiencia común […] Por lo demás, la economía neolítica, en
su conjunto, no hubiera podido existir sin el esfuerzo cooperativo”
CHILDE,
G. Los orígenes de la civilización.
Ed. F.C.E. Madrid, 1979, p. 121
La cooperación tendrá, como es de
suponer, su expresión en la organización social del grupo. Es decir, a partir
de ella se establecerá la sociedad y, dentro de esta, sus miembros irán
adquiriendo los roles que marcarán el rumbo y organización de la comunidad. Por
tanto, podemos afirmar que la principal novedad que aparece con la cooperación
es la política y el nuevo poder que trae consigo. Progresivamente se pasa de
valorar la destreza individual de un hombre a la del grupo viendo que la fuerza
de este es la mayor posible. Surgen los pactos y acuerdos entre las personas
marcando el devenir del grupo de una forma más definitiva y profunda que como
lo hacen los deseos de un sujeto que para lograrlos impone su fuerza. El poder pasa de ser físico particular a ser
político común y este no se puede alcanzar si no hay consenso y acuerdos entre
los miembros que lo conforman -sea una tribu, una polis griega, una ciudad
medieval o un estado moderno de lo que estemos hablando-. De ahí que se entienda que si la política,
facultad exclusiva humana que nace del consenso y diálogo y que es fruto de la
razón, como lo son el lenguaje y la escritura. Entonces se podrá entender que
la humanitas dependa directamente de
la razón y que esta, se defina a partir de los parámetros que establezca el
sistema educativo del momento. Por lo que afirmamos que lo que seamos, y lleguemos a ser, dependerá de lo que hayamos aprendido
a ser.
Brevemente, mencionar que la
importancia que tiene para el ser humano, en el ámbito público, la aparición de
los elementos culturales (el lenguaje, la escritura…), adquirira gran
importancia, sobre todo, a partir del s.VIII a.C. en Grecia. El papel del
lenguaje será el de establecer un código común de transmisión de información
que permita expresar nuestros pensamientos y ordenar el mundo que nos rodea.
Vivimos en una exterioridad que denominamos “mundo” y que interiorizamos
gracias a la cultura y esto nos permite dominarla. Es decir, si conocemos como actúa
el principio de causalidad en la
naturaleza al ver una determinada causa podremos prever su preciso efecto –Esta idea, que en principio, puede parecer
confusa es, en realidad, muy sencilla y se aclarará atendiendo al siguiente
ejemplo: Si conocemos cómo actúan la Luna y el Sol podemos saber cuándo exactamente
se producirá un eclipse solar, aunque este ocurra dentro de tres siglos. De ahí
la idea de dominación a partir del conocimiento y la predicción-. El papel
de la escritura será, principalmente, el plasmar físicamente lo expresado por
el lenguaje. Este paso de lo oral a lo escrito será fundamental en el ámbito
político ya que dará lugar a un sistema legislativo basado en la instauración
de unas leyes que perduren en el tiempo y que no puedan modificarse
caprichosamente a gusto de los gobernantes, como ocurría en Grecia hasta la
aparición de Dracón en el s.VII a.C. Y que aún perdura. Ya podemos entender la
importante relación que se establece entre política, cultura y educación y cómo
de esta surgirá la noción de humanismo y cómo esta variará en las distintas épocas
históricas.
La
Historia de la Cultura nos muestra que
cada una de estas etapas va a generar un mundo
nuevo en el que se definirá al ser humano y se delimitará el concepto de humanitas restringiéndolo únicamente al
campo de acción de su etapa concreta. A medida que avanza el tiempo, en cada
época, aparecen cuestiones de distinto carácter: social, demográfico,
científico, etc. Que pondrán de relieve la carencia del modelo para dar
respuesta satisfactoria a nuevas situaciones problemáticas que se planteen en
el futuro, siendo esta la señal que nos advertirá de un cambio de época. Es
entonces cuando surge la necesidad de crear un modelo nuevo que satisfaga
nuestras necesidades y que vuelva a establecer el orden en el “caos
existencial” resultante tras la desaparición del empleado hasta ese momento.
Este nuevo modelo se encargará de generar una nueva tópica de la humanitas y del ser humano y, por tanto,
un nuevo modelo de humanismo que estará en vigor hasta que se agote y aparezca
otro. Así, al hacer el recorrido histórico que nos propone la Historia de la Cultura, vemos cómo cada
modelo cumple su misión en su tiempo y el carácter de eternidad y universalidad
que pretenden alcanzar sus afirmaciones es relativo y se circunscribe
exclusivamente a su campo de acción temporal. Así, aunque las preguntas sean
las mismas, las respuestas que puede dar un griego a las cuestiones en torno al
ser humano y su esencia no son las mismas que pueda dar un hombre del
Renacimiento, por ejemplo.
Las etapas que tradicionalmente ha
dividido la Historia de la Cultura en occidente, y en la que se han propuesto distintos
modelos de humanismo son: Grecia, Roma, la Edad Media, el
Renacimiento, la
Ilustración, la época moderna del S.XIX y finalmente el S.XX –En mi opinión la modernidad, el S.XIX, no
aporta un modelo nuevo de humanismo. Pero es interesante tratarlo, como etapa
independiente, al suponer el fin del modelo ilustrado, entendiéndolo como
culmen de este-.
Espero que con esta entrada se haya
aclarado un poco más la importancia que ha tenido para el desarrollo del ser
humano actual el concepto de razón y elementos propios de esta como son; El
lenguaje oral y el escrito y su dependencia de la educación -cuestión que trataremos más profundamente
en futuras entradas-. Además, hemos visto, cómo hace pocos años surgió una
nueva rama dentro del ámbito filosófico, la Historia de la Cultura, que estudia
el papel de la razón y su intento de definición del ser humano y cómo tras la
imposibilidad de una cerrada, busca definiciones temporales que se correspondan
con las distintas etapas históricas por las que ha pasado la humanidad.
Entiendo que estas cuestiones aquí tratadas sirven para esclarecer un poco más
cuestiones que, por su amplitud de estudio y cuestiones a tratar, se sitúan a
la base primera de cualquier investigación filosófica y, por tanto, sirven como
introducción a todas aquellas personas que están interesadas por la Filosofía.
Blogger dixit
hola
ResponderEliminarHola, ¿qué tal?
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