Continuando con la serie dedicada
al concepto de humanismo y, más concretamente, a la existencia de una humanitas
y la posibilidad de ella. Abordamos ahora el período conocido como Ilustración (también conocido como "El siglo de las luces" por lo magnífico de los logros de su conocimiento que nos sustraían de las sombras de épocas pasadas marcadas por la superstición y la religión). Este período comprende los ss.XVII y XVIII (incluyendo la Revolución Francesa) y abarca
grandes corrientes del pensamiento como el racionalismo, idealismo, empirismo y
criticismo. Con sus grandes pensadores como Descartes, Berckeley, Hume y Kant.
Será este último, precisamente, el que se convierta en el máximo exponente
filosófico de este momento histórico definiéndolo como el período en el que la humanidad sale de su minoría de edad. Esto,
en el ámbito político implica ser responsables de nuestros actos y, por tanto,
que seamos nosotros los que marquemos los derroteros por los que queremos que
vaya nuestra vida siendo los únicos responsables de la senda a seguir y el
rumbo que la guía. Hemos logrado la emancipación total; nos hemos liberado de Dios, de los dioses y del
destino gracias a la razón y al buen uso científico
que hacemos de esta. Es la época de la enciclopedía y del espíritu que intenta conquistar el universo con la razón y recogerlo en una magna obra.
"El salón de madamme Geoffrin" de Lemonier |
Es en este momento cuando concluye “la revolución científica”
iniciada en el Renacimiento (tratada en otra entrada del blog) ya que se ha instaurado en el ideario colectivo que
gracias a la ciencia alcanzamos unos saberes que nos permiten conocer,
comprender, prever y dominar la realidad. Somos los amos y señores del mundo,
somos el centro de este. Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza ahora somos
nosotros los que modelamos al universo a nuestro antojo. Si antes nos daban
miedo los rayos ahora inventamos el pararrayos y no solo este sino también el
ferrocarril, el telégrafo y la energía eléctrica y su domesticación. Ante este nuevo mundo no es de extrañar que surja
una nueva concepción del humanismo basada en la razón científica y cómo esta va
a ser ahora el pilar sobre el que se sostenga a la mentalidad europea y donde
edifiquemos una nueva cosmovisión de la realidad con un nuevo sistema ético y
político de carácter antropocéntrico.
Al igual que los humanismos anteriores pretende, por medio de la educación, hacer salir al ser humano de la barbarie y el salvajismo, de la ignorancia y de las supersticiones propias de los analfabetos. Pero ahora no quiere acercarnos a los dioses ni a los héroes sino que quiere acercarnos a nosotros mismos haciéndonos entender que somos fines en sí y que no necesitamos modelos superiores a nosotros. Toman fuerza las éticas deontológicas de carácter autónomo, como la kantiana, que conciben, en contra de las heterónomas, que el principio que rige el comportamiento humano está en la razón. Siendo esta la mayor de las facultades que posee el hombre. Estas éticas entienden que somos un fin en sí mismo y que sólo debemos obedecer nuestra ley. Alejamos, de este modo, a la religión y su campo de acción, sustituimos a Dios por el hombre adquiriendo la ética, como hemos indicado anteriormente, tintes antropológicos mesiánicos.
La reforma
operada en el ámbito de la ciencia se extiende también al social donde se
producen grandes cambios. Es ahora cuando aparecen los grandes sistemas
políticos únicos que pretenden englobar
a toda la humanidad. Se quiere lograr, al igual que en la ciencia,
conocimientos objetivos igualmente válidos para todas las personas que nos
permitan avanzar y mejorar. Así, si lo que mueve a la ciencia es la objetividad
y el progreso en política será la libertad y la democracia. Son estas ideas las
que van a mover la sociedad del S.XVIII y que van a marcar el rumbo mundial
posterior gracias a una serie de hechos y
sucesos que concluyeron en la Revolución Francesa y que sin ellos o sería
posible entender nuestro presente histórico. Debemos entender, por tanto y sin
miedo a errar, que somos herederos directos de estos. -Aún habrá que saber si tras ver la situación socio política y
económica en la que nos encontramos actualmente si ellos nos reconocerían como sus
descendientes o si por el contrario nos repudiarían…-
Estos hechos que
dieron lugar a los grandes cambios políticos en occidente (incluyendo ya a
América, principalmente la del Norte) y que fijaron las ideas del sistema
político democrático como modelo al que debían aspirar desde ese momento todos
los estados. Son: La Declaración de derechos británica de 1.689 cuyas ideas venían
recogidas en las obras del empirista inglés J. Locke (principalmente en Cartas sobre la tolerancia y Tratados sobre el gobierno civil, ambas también
de 1.689), la Declaración del buen pueblo de Virginia de 1.776 que dio lugar a
la independencia de América del Norte con respecto a Inglaterra y el estallido en
1.789 de la, ya mencionada, Revolución Francesa y la posterior Declaración de
los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Tras estos sucesos es cuando nacen las
ideologías políticas y surgen las grandes propuestas que, proclamando la
libertad individual como principio fundamental para el hombre, persiguen
alcanzar la igualdad y la justicia social. De estas propuestas surgirán los
grandes modelos humanistas como el liberal
y el socialista que configurarán y
modelarán el pensamiento político posterior moderno del S.XIX y posteriores.
Vídeo en el que se sintetiza el pensamiento político de J. Locke
La
transformación en la mentalidad de la época afectará, también, al ámbito
económico[1], muy
influido por el político ya que al igual que este va a dar gran importancia a
la libertad individual y a la dignidad universal de las personas. Los
terratenientes y nobles dejan su lugar de privilegio, no sin resistencia, a los
comerciantes y banqueros que eran los que realmente poseían el dinero. Se
instaura definitivamente el sistema capitalista, vigente hoy día, a partir del
contrato entre individuos libres y empresas en el que se regula las condiciones
de trabajo teniendo como meta exclusiva el enriquecimiento. Su principal
novedad con respecto a los sistemas anteriores es la aparición de la idea de “libre
mercado” que trae consigo el concepto de “oferta y demanda”. Aparecerá en
Inglaterra la “Escuela de Economía clásica” que estudia la aparición del
capitalismo y su repercusión en la sociedad occidental presente y futura.
Analizarán cómo se ha pasado de una economía feudalista fisiocrática a
una de corte liberal basada en el
trabajo. Es decir, la riqueza de un país o de un terrateniente ya no está en la
posesión de tierras o metales sino en la fuerza del trabajo, en el “capital
humano” del que disponga. En esta escuela destacará el economista británico
David Ricardo con su obra Principios de economía política y tributación en la que dedica una atención
especial a la “teoría del valor”, en la que se considera que el valor de cambio
de las mercancías viene directamente determinado por la cantidad de trabajo
necesaria para su producción. Esta obra se convertirá en el ideario de dicha
escuela en la que, además, encontramos a otros grandes economistas como Malthus o
Smith padres del sistema macroeconómico actual.
La Ilustración
supone el dejar atrás tanto a los gremios medievales y agrupaciones
renacentistas, con sus mecenas, como a los esclavos, siervos, y artesanos para
entrar en la era de las empresas, los asalariados libres y los sindicatos
obreros que buscan la dignidad del proletario luchando por sus derechos. El
humanismo adquiere ahora, como supo ver Adam Smith con su teoría del trabajo, tintes profesionales ya que las personas
entienden que pueden lograr su excelencia mediante la labor que realizan y los
servicios que presten a la comunidad. Entienden que pueden ser útiles y que lo que ellos sean dependerá de lo que hagan.
Vemos como este
es un período donde aparece un humanismo
distinto a los anteriores pero donde se puede rastrear la huella de estos. En
el siguiente fragmento podemos entender lo dicho y recordar la importancia que
ha tenido la ciencia para conformar este nuevo modelo de humanismo:
“La propuesta
ilustrada de humanismo tiene la universalidad que tenía la romana, la urgencia
mesiánica del cumplimiento que tenía la cristiana, y el enfoque hacia la
soberanía del individuo singular que tenía la renacentista. Pero donde el Renacimiento
no percibía posibilidad de síntesis ni ideal formulable y válido para todos, la
ilustración encuentra […] la racionalidad científica”[2]
Inmanuel Kant |
A modo de
recapitulación recordar que esta época al continuar con la confianza en la
ciencia y la actitud mesiánica de esta, iniciada en el Renacimiento, sitúa
definitivamente al hombre en el centro del universo generándose así un mundo
nuevo. También debemos recordar cómo el modelo a seguir será el marcado por el
saber científico y su búsqueda de objetividad
progresiva y que esto es entendido como una mejora y avance con respecto a
épocas anteriores. Esta necesidad de
progreso hará que se operen cambios en los principales ámbitos de la vida
humana como el ético, político y económico donde ya se buscan proyectos
generalistas y universalistas que darán lugar a los grandes relatos del S.XIX que trataremos en próximas entradas.
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dixit
[1] No hemos tratado el factor
económico hasta este momento histórico porque para el desarrollo de este
trabajo nos interesa únicamente el sistema capitalista y el papel que juega
este en la crisis humanista del S.XX.
-
CHOZA, J. Historia cultural del humanismo. Ed. Thémata/ Plaza y Valdés. Sevilla/Madrid. 2009. Pg.69.
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