lunes, 12 de marzo de 2012

Creatio ex nihilo

A ojos de la Edad Media este es sín duda uno de los conceptos claves que han definido el pensamiento filosófico occidental. Ya San Agustín el s.IV d.C. trató esta cuestión y la de la temporalidad, cuando se acercó al maniqueismo y sobretodo cuando se alejó de este. Pero es en Santo Tomás cuando el concepto toma especial relevancia. Cuando este filósofo, de bonachón porte y sosegado espíritu, establece el concepto ansélmico de "contingencia" (la posibilidad de que suceda algo o no, es decir, no obligatorio) como uno de los pilares fundamentales, no solo de su ontología (supone la cuarta de sus vías), sino de todo su sistema de pensamiento y, por ende, el de todo occidente. Realmente creo que muchos de los que amamos la Filosofía hemos tratado muy poco esta cuestión, su importancia y repercuciones y creo que otros tantos ni siquiera se lo han llegado a cuestionar haciendo de los conceptos de "existencia" y "pensamiento" un binomio natural. Cuando este es un de los más artificiales que hay, aunque Descartes, y toda la tradición idealista, no lo entienda así.

Para el pensamiento griego la existencia era una necesidad (obligatoriedad, es decir, no contingente), el punto de partida a partir del que comenzamos a movernos por el mundo, a entenderlo y a pensarlo. Si le preguntamos a un griego (intentemos que no sea un esclavo) "¿Qué había antes de la existencia?" Nos responderá: "No me importa" o quizás nos hable del alma, del mundo de las ideas o del río Lete. Pero aún así, sín cuerpo había existencia. Al fin y al cabo este no estan importante ya que sólo es la cárcel del alma. Un griego no se cuestiona sobre la posibilidad o no de existir, que no de morir, eso es distinto. O si lo hace es desde el plano de la lógica con el principio "inquebrantable" de identidad. Y no lo hace simplemente porque escapa a su esquema de pensamiento, tal idea no la contemplaba, no por incoherente sino simplemente por escapar a sus esquemas de pensamiento, no estaba en su educación y por tanto, tampoco en su sociedad la idea de una no existencia, de la posibilidad efectiva del no-ser.

La idea de un Dios creador que nos otorga la vida como creaciones suyas que somos, y que muchos asumen como principio fundamental, no se ha tenido siempre. No será hasta el s.III d.C. con la llegada Plotino y el establecimiento de la escolástica cuando la filosofía comience a asumir tal principio. A mi entender no será hasta Santo Tomás cuando realmente se trate la cuestión de la contingencia de nuestra existencia cuando entendamos que somos criaturas que existimos porque hemos sido pensados por un ser superior que ha visto como buena nuestra existencia pero que sin su permiso jamás hubiéramos sido. Precisamente eso supone "creatio ex nihilo", que hemos sido creados a partir de la nada y que existimos no de una forma necesaria y obligatoria sino simplemente porque alguien lo ha querido así. Nuestro principio y fín depende de este. La repercusión de tal cuestión la entenderemos mejor si volvemos a formular la pregunta "¿Qué había antes de la existencia?" pero ahora a una persona de la Edad Media (intentemos que no sea a un siervo). Nos responderá: "Dios". Dios es el principio y fin de todo lo que existe, ha existido y puede llegar a existir. A partir de aquí se desarrollará una nueva ontología, epistemología, cosmología, ética y metafísica que configurarán los esquemas de la Filosofía occidental para siempre.

Por lo tanto aquí enfrentamos dos visiones sobre el origen del universo -al menos no hay discusión sobre la existencia efectiva de este, eso lo dejaremos para cuando abordemos el tema del solipsismo-; Bien ha existido siempre como planteaban los griegos como Parménides y su principio "nada surege de la nada" (Ex nihilo nihil fit) ó bien, como lo entiende el cristianimo, que este ha surgido de la nada (creatio ex nihilo) por el poder de Dios, por lo que también podemos hablar de "creatio ex deo". -Aunque la idea de "ex nihilo" y "ex deo" son distintas, en el tema aquí tratado sí son semejantes y por tanto entendemos que es válido lo aquí afirmado-.

Como vemos se ha establecido un novedoso punto de partida a partir del cual ordenaremos la realidad y guiaremos nuestra existencia durante siglos. Todo a partir de la idea de la contingencia. Aunque no será hasta siglos después, con Schopenhauer y su idea del "existenz-forhold" cuando comencemos a vislumbrar realmente toda la riqueza que esta idea contiene una vez que la analizamos desde una perspectiva más amplia y vitalista alejada de connotaciones metafísicas como las mencionadas en este artículo. Sobretodo será con los herederos de este (Nietzsche, Sartre y Heidegger) cuando esta cuestión tome especial relevancia. Aunque como dijo el sabio: "Esa es otra historia...".

Con esta primera entrada no he pretendido analizar el concepto de "contingencia" puesto que eso sería una empresa demasíado ambiciosa para este blog. Lo único que he querido ha sido el resaltar la importancia de esta idea, que tan a menudo se pasa por alto, que supuso realmente el paso de la Filosofía griega a la medieval y cómo la actual es heredera de esta. Sólo sabremos qué camino estamos andando si miramos atrás. A donde vayamos sólo lo dirá el viento...

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